Estopa prende fuego al WiZink Center con su #GiraFuego

Son incombustibles y lo han vuelto a hacer. Estopa ha tomado la carretera para celebrar el 20 aniversario de su carrera y no dejan de colgar el cartel de entradas agotadas por donde van.

El 26 de diciembre, como el mejor regalo de Navidad, llegaban al WiZink Center de Madrid con un sold out más a sus espaldas en la ciudad. Iba a ser una noche que no sólo contaría con los grandes éxitos que atesoran en estos años sino que además, no faltarían las canciones de su nuevo trabajo discográfico ‘Fuego‘.

Todo apuntaba a que iba a ser una de esas noches para recordar y no podía empezar de otra forma que por todo lo alto cuando a las 21:40 horas salían en un estallido de locura desatando los cánticos con ‘Tu Calorro‘ y ‘Vino Tinto‘.

“Buenas noches Madrid. Sois nuestra fuente de energía.” Con esas palabras daban la bienvenida a quienes abarrotaban el recinto antes de empezar su misión de poner patas arriba la capital interpretando ‘Fuego‘ o ‘Tragicomedia‘ con la que incluso paraban a media canción por la potencia con la que sus fieles se estaban dejando la garganta y sin tregua, no faltaban ‘Malabares‘ y ‘Corazón Sin Salida‘, intentando rebajar un poco el ritmo con ésta última.

“Muchísimas gracias Madrid por habernos acompañado tantos años de canciones y esperamos seguir sacando canciones y que os las aprendáis tan rápido y aunque no os gusten, es un orgullo que esteis aquí,” decían antes de invitarnos a meternos en una máquina del tiempo para disfrutar de las diferentes etapas que han ido viviendo a lo largo de los 20 años.

“Gracias por ser nuestra madrina,” gritaban a los cuatro vientos retomando el concierto con ‘Vacaciones‘, ‘Escrita En La Frente‘ o ‘Pastillas Para Dormir‘ con un ritmo imposible de frenar ante un público que estaba dando el 110% canción a canción, sin parar, quedándose sin aliento.

En una noche así, no faltaba su single más reciente, ‘Atrapado‘ ni mucho menos ‘Camiseta de Rockanrol‘ antes de adentrarnos de lleno en la parte donde los pies se iban solos con su sonido más rumbero.

Así, el público, se dejaba las gargantas y cómo no, las zapatillas, con ‘La Raja de tu Falda‘, ‘Penas Con Rumba‘ o ‘El del Medio de los Chichos‘ antes de pasar por ‘El Blade‘.

Los de Cornellá, defensores de su pueblo a capa y espada, se acordaban del barrio de La Elipa y no podían dejar de compartir lo reconfortante y bonito que era ver a las miles de personas que tenían delante, cada uno de un pueblo de Madrid o de fuera, todos reunidos para disfrutar de ellos y de su música.

En aquel momento, no dudaban en amansar a las fieras con ‘El Último Renglón‘ y poco después, José se quedaba solo, sin guitarra, para dejarse la piel con un ‘Ya No Me Acuerdo‘ a dúo con los asistentes.

En una noche así, la banda tenía su gran momento de protagonismo solos en el escenario mientras los hermanos tomaban aire unos instantes antes de seguir con su gran fiesta. Fiesta que no decaía y nos regalaba ‘Cuando Amanece‘, su nada serio ‘Pobre Siri‘ y ‘Yo No Estoy Loco‘.

Noche a noche, Estopa están acompañados por una gran familia que hace posibles cada uno de los conciertos y por eso, no podían faltar unos fuertes aplausos a todos ellos a sus padres y a los grandes músicos que les respaldan cada noche.

Tras ese importante momento, David aprovechaba para dedicar ‘Me Falta El Aliento‘ a “la gente que se dedica a levantar el ánimo” sirviendo de preámbulo para ‘Pastillas de Freno‘ y un ‘Fuente de Energía‘ que era dedicado para “la gente que se levanta cada mañana por obligación para levantar España o el mundo, la clase obrera.”

Con el público completamente rendido a sus pies, Madrid, no dejaba de cantar ni un instante en lo que parecía un karaoke multitudinario como fue el caso de ‘Partiendo la Pana’ o ‘Paseo‘.

“¡Qué buen rollo Madrid! Nos has visto nacer, crecer y espero que nunca nos veáis desaparecer. Si alguna vez nos veis desaparecer, entonces no somos nosotros,” decían antes de irse del escenario.

El público tenía cuerda para rato y no se movía nadie del recinto esperando más. Pocos instantes pasaban hasta que Estopa regresaba, y a solas los hermanos Muñoz con sus guitarras, se sentaban en el centro del escenario.

“Nos gusta ofrecer las canciones tal y como vienen al mundo.” Era entonces cuando llegaba la parte más íntima y acústica de la noche y mano a mano nos regalaban ‘Mi Primera Cana‘, ‘Demonios‘, ‘Poquito a Poco‘ u ‘Ojitos Rojos‘ con la que la banda regresaba para tirar la casa por la ventana en la recta final.

Madrid y Estopa se fundían en uno con ‘Cacho a Cacho‘ y no podían despedirse sin antes dedicar unas últimas palabras a las más de 15.000 personas que habían abarrotado el recinto.

“No sabéis lo que significa para nosotros estar veinte años después aquí, viéndonos los caretos sin caretas,” decían llenos de orgullo recordando cómo el próximo año tienen una importante cita de nuevo en el WiZink Center. El 30 de octubre, los hermanos Muñoz volverán a ese mismo escenario para ir cerrando la Gira Fuego.

Por eso, aquella despedida era un “hasta pronto” y el incombustible ‘Como Camarón‘ ponían el punto y final a la noche en la que derrocharon energía durante casi dos horas y media de directo.

Pasan los años y los éxitos se les acumulan. Estopa no pasan de moda, se adaptan sin perder su esencia y su carisma. Noche a noche agotan entradas, revientan los escenarios y hacen disfrutar al público de noches de risas y cánticos sin fin. Ellos son humildad, cercanía y sobre todo, buen rollo.

Una vez más, Estopa prendió fuego al WiZink Center con su Gira Fuego a golpe de éxitos y de alguna que otra canción nueva. Son imparables, con los cuernos en el aire, son capaces de mantener al público alerta en todo momento durante las más de 30 canciones que componen su setlist. Son tal cual los ves, únicos, con el alma por delante, entregados a lo que hacen y capaces de hacer felices a cada generación que se ha unido a la fiebre estopera.

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