Veintiuno demuestra en Madrid que siempre merece la pena
Foto de archivo: Tamy Mauri (@ladelasupercam)
El 29 de mayo, Veintiuno celebraba un nuevo concierto sold out en La Riviera de Madrid. Una doble parada, que en septiembre, será triple, gracias a su Mitología Tour en medio de las malas noticias que han afectado a multitud de artistas que no verán ni un euro de la venta de entradas de sus giras. A pesar de ello, los toledanos se subirían al escenario como regalo a aquellas personas que, en su día, agotaron entradas y abarrotaban la mítica sala madrileña.
A las 21:15 horas, las pulsaciones se aceleraban y el público, daba una cálida bienvenida a Veintiuno. ‘Destello’, ‘Perder los modales’ y ‘La ruina’ rompían el hielo en una sala dispuesta a dejarse la garganta en cada canción como agradecimiento. “Esta banda lleva una semana sin dormir y da igual que nos acaben de buscar la ruina. Da igual porque las 4.200 personas que habéis llenado las dos noches, vais a tener la mejor noche de vuestro año,” advertía Diego antes de ‘Mitología’.
Dejando de lado lo que les estaba sucediendo, habían cogido con fuerza las riendas de un show que pondría patas arriba la capital. Esa noche, Madrid se adentraría en la historia de ‘La Balada de Delirio y Equilibrio’, su trabajo más reciente pero, habría tiempo de repasar canciones de etapas anteriores. ‘Caramelo’ daba paso a un ‘Acantilado’ al que se unía Enol antes de arañarnos el corazón con ‘Armadura’ o ‘Escalofríos’.
Madrid coreaba con fuerza cada canción mientras la banda, estaba dándolo todo con ‘Mañana lo dejo’ y antes de un especial ‘Leona’. La temperatura de La Riviera pronto seguiría subiendo porque Suu no faltaba a esa gran noche poniéndole voz a ‘Complicidad’ despertando los bailes de los asistentes. Entre momentos de intensidad y emoción, Diego también se sentaba al piano para hacer magia con ‘Pirotecnia’. Canciones como ‘La la land’, ‘Suspiria’ o ‘Medalla de plata‘ de su trabajo más reciente no faltaban antes del mágico ‘Desvelo‘, a corazón abierto.
Madrid y Veintiuno estaban compartiendo una noche más para el recuerdo. “Siempre merece la pena” leíamos en los carteles que se elevaban entre el público reforzando la unión entre público y banda mientras la noche seguía con ‘Estarás‘. Y aquella noche, mereció la pena, fue especial a rabiar y hubo una energía de lo más mágica de principio a fin. “Hasta hace hora y cuarto, estaba hecho mierda,” admitía el vocalista. Detrás de esas palabras, contaba el motivo por el cual se dedican a la música y no es otro que por su público y su apoyo.
Por ellos, estaban esa noche sobre ese escenario. Esa noche, estaba saliendo adelante gracias al esfuerzo de mucha gente y ellos, no podían estar más agradecidos. En un momento lleno de sinceridad, llegaba un refugio, “su casa“, un himno monumental como ‘Cabezabajo‘ con Diego dejándose la voz y clavándose como puñales. Con un sonido contundente e instrumentales que les ponen en otro nivel, Veintiuno daba la bienvenida a Fito de Siloé para ‘Irremediable‘ derrochando energía.
‘La Toscana‘ y su inconfundible ‘Dopamina‘ se darían la mano antes de afrontar el final. “Esta noche íbamos a celebrar que habíamos metido a 4.200 personas aquí y se había quedado gente fuera,” contaba Diego antes de dar una noticia que tenían preparada y que les habría gustado dar de otra manera. El 28 de septiembre volverán a La Riviera siendo la tercera de esta gira y puedes hacerte con tus entradas aquí. “Hemos intentado no fallaros y esperamos que os hayáis olvidado de la vida un rato.” Con esas palabras y con ‘La vida moderna‘ junto a Despistaos, dibujaban un “hasta pronto” en la primera de sus tres grandes noches en La Riviera.
Veintiuno sigue demostrando que no tienen techo arrasando cada escenario que pisan. Su directo sigue conquistando al público y cada vez son más los que no quieren perderse un concierto suyo. Si echamos la vista atrás hasta aquella sala El Sótano en 2016 donde les vimos por primera vez, la evolución ha sido brutal. Muchas cosas son las que se mantienen en ellos como la ilusión del primer día y las ganas de querer comerse el mundo. Al final, su única finalidad es hacer música y ver cómo el público se siente abrazada por ella.
Veintiuno nos ha enseñado cuál es el arte de perder pero también, nos han enseñado que la ruina a medias, siempre es menos ruina. Lo más importante es que siempre, merece la pena. Sus letras son banda sonora de muchos momentos de su público y se han convertido en referencias. A pesar de estar atravesando un momento delicado, están regalando una de sus mejores giras gracias a su potente y contundente directo.
