Madrid cae rendida ante el hechizo de Florence + The Machine


High As Hope Tour ese es el nombre de la nueva gira de Florence + The Machine que de nuevo, les ha traído hasta nuestro país.
Barcelona y Madrid fueron las privilegiadas en disfrutar de las nuevas canciones de la banda británica. Tras pasar por el Palau Sant Jordi, llegaban al WiZink Center de la capital el 21 de marzo con el cartel de entradas agotadas prácticamente colgado.
No era para menos, el magnetismo de Florence Welch cada vez engancha a más gente y esa noche, fuimos testigo de ello ante las más de 15.000 personas que abarrotaban el emblemático recinto, todos ellos, devotos de una única religión.
Lo bueno se hace esperar y eso fue lo que ocurrió en ésta ocasión. Cerca de las 21:30 horas era cuando finalmente las luces se apagaban para dar paso a Florence y su maquinaria que veían como los móviles se elevaban al instante. Melena pelirroja al viento y descalza para poder moverse por el escenario como si estuviera en casa, arrancaba la noche con ‘June‘ y un ‘Hunger‘ con el que sus característicos bailes comenzaban a desatarse haciendo que el público se viniera arriba.
Pronto, las palmas inundaban Madrid con ‘Between Two Lungs‘ y la cantante, no perdía el tiempo en dirigirse a sus fieles. “¡Hola Madrid! Somos Florence + The Machine, muchas gracias por recibirnos ¿os gustaría bailar con nosotros?” preguntaba a un público cuya respuesta fue afirmativa y por si alguien se negaba, la cantante hacía que todos se levantasen de sus asientos para vivir cada segundo del show al 100%.
La música continuaba con ‘Only If for a Night‘ y un ‘Queen of Peace‘ donde se acercaba al público haciendo que los bailes no cesaran y poco más tarde, como hizo en más de una ocasión, mostraba su agradecimiento a su público. Con timidez, compartía lo mucho que les gusta España, “por la energía tan increíble que tenéis y la libertad.”
En aquel instante, aprovechaba para presentar su siguiente canción, la que habla del sur de Londres. Con sus palabras, dejaba claro que para ella, siguen siendo una banda de Europa, y que al igual que España, todos pertenecemos a Europa. “Como muestra de amor, empatía y amor, alejándonos de las barreras o fronteras, me gustaría que todos os dierais la mano. Todos tenemos que amarnos y cuidarnos, no importa de dónde vengáis ¡ésta es vuestra ciudad esta noche!”
Entre aplausos interpretaba ‘South London Forever‘ tras la que gritaba a los cuatro vientos que todos somos una familia y seguía compartiendo palabras con sus seguidores. “No debería de haber fronteras en un concierto de Florence + The Machine,” decía Welch antes de presentar una de las canciones de su nuevo disco, esa donde habla de una mujer muy cercana a ella, una que le dijo que cada vez que cante una canción, estará con ella. Así, llegaba su homenaje a Patty Smith al ritmo de ‘Patricia‘.


La locura y los gritos se desataban con ‘Dog Days Are Over‘ en una noche donde Florence pedía al público que se unieran, que se abrazasen, que se besasen aunque no se conocieran pero había algo aún más importante, pedía “algo aterrador” para muchos, “quiero que seáis valientes y guardéis vuestros móviles,” y dicho y hecho.
Los móviles desaparecieron por unos instantes haciendo caso a la británica que hizo temblar los cimientos del WiZink Center con las más de 15.000 personas saltando a la vez.
Tras semejante momento, la noche continuaba con ‘Ship the Wreck‘, la potente ‘Moderation‘ y el ritmo se apaciguaba por unos minutos con un ‘Sky full of Song‘ de lo más especial que era seguido de cerca por ‘Cosmic Love‘.
Acercándonos a la recta final, Florence se tomaba su tiempo para agradecer su presencia a los nuevos pero aún más, a quienes llevan con ellos desde el primer minuto. “Es una locura tener las cosas que soñaba de pequeña. Es muy raro y estoy agradecida y aterrorizada pero todo ha sido por vosotros.”
Quién les iba a decir que diez años después de ofrecer su primer concierto en nuestro país en la Razzmatazz a las cuatro de la mañana donde, entre risas, reconocía que no creía que les hubieran pagado con dinero, estarían a día de hoy en el punto que están. La cantante, ante semejante cariño y apoyo, no se cansaba de dar las gracias y pedía que el WiZink se llenase de luces como si fueran estrellas para crear un ambiente muy especial y mágico con ‘100 Years‘ que servía de preámbulo para ‘Delilah‘ con la que incluso dejaba el escenario para corretear por la pista del recinto sintiendo de cerca el calor de los asistentes.
Hablando de cosas que no debería haber en un concierto de su banda, aparecía la masculinidad tóxica. Florence abogaba por el apoyo a las mujeres y se dejaba el resto con ‘What Kind of Man‘ que cantaba prácticamente entera abajo, disfrutando de las personas que se agolpaban contra la primera fila antes de abandonar el escenario.
El público no se movía y quería más. Florence + The Machine volvían para poner el gran broche de oro a la noche. Lo hacía con un ‘Big God‘ que la ponía de rodillas ante la capital por su entrega y ahí no quedaba la cosa. La británica daba las gracias una última vez, reconociendo que echará de menos España y pedía a todos, que esa noche, fueran su coro. La apoteosis final se desataba con el mágico ‘Shake It Out‘ con el que terminaba un viaje celestial.
Florence dejó claro que es animal de escenario que se crece según pasan las canciones con un poderío vocal que en más de una ocasión llega a dejarte sin palabras. La cantante, a veces tachada de intensa, vive cada segundo como si fuera el último, irradiando talento. Es indudable la importancia que le prestan al instrumental en cada momento y eso, entrelazado con la cercanía, humildad y sobre todo, la faceta más divertida de la cantante, ofrecen la mezcla perfecta para un concierto. Madrid cayó rendida ante la británica que haciendo gala de su gran sencillez, llenó el escenario de principio a fin, sin grandes artilugios, hechizando a los más de 15.000 discípulos de su religión que no quisieron perderse su High As Hope Tour.