Loreen deja su huella tatuada en Madrid

Loreen ha vuelto a Madrid con su directo, dispuesta a hacer vivir una noche de altura a su público. El 9 de marzo aterrizaba en una Sala La Riviera a reventar tras su paso por la ciudad condal. Cerca de las 21:15 horas, la capital daba la bienvenida a la cantante que llegaba con un look muy espacial y con esas uñas que la representan tanto y que recuerdan a Eduardo Manostijeras.

Entre una potente ráfaga de humo y luces cegadoras y parpadeantes, se desataba el griterío. Como una auténtica diva, en el centro de una especie de anillo que reinaba el escenario, daba comienzo a la noche con ‘Jupiter Drive‘ y ‘Gravity‘. Desde el primer instante, dejó claro que la energía de la noche iba a estar por las nubes. Los fuertes cánticos, pronto se desataban con ‘Forever‘ antes de ver cómo se dirigía a quienes habían llenado la sala.

“Madrid, ¿vais a bailar?” preguntaba a quienes contestaban de forma afirmativa. La sueca sacó su lado más electrónico poniendo a prueba las dotes de baile de los presentes de principio a fin de la noche. A pesar de ser domingo, la cantante se había propuesto crear una auténtica fiesta y el público iba a dar el 200% en un ambiente en el que se respiraba libertad. Después de ‘Warning Signs‘, Loreen mantenía su ritmo vertiginoso. La cantante no dejaba respirar al público entre canciones y pronto, llegarían ‘Hate The Way I Love You‘ y ‘Statements‘.

Esa noche, Loreen estaba ante lo que ella considera su familia, ese público que ha apoyado su música a lo largo de estos años y quienes han esperado su regreso a nuestro país. Por eso, no dudaba en compartir su cariño hacia ellos que, una vez más, habían respondido de la mejor forma, llenando La Riviera. Madrid se deshacía en halagos hacia la cantante que, con una sonrisa, los recibía, encantada ante la pasión que derrochaba su público. Todo, antes de mostrar su lado más íntimo, derrochando voz, con ‘I’m in It With You‘. Sintiendo de cerca el calor del público, desnudaba la canción en acústico antes de un ‘Dreams‘ que fue de menos a más.

En una noche así, no dudó en presentar ‘Coming Close‘ antes de desatarse una auténtica locura. Las primeras notas de su siguiente canción elevaban los gritos mientras Loreen admitía que cada vez que la canta, es “como ir al gimnasio” y pedía ayuda para cantarla porque sola, no podía. Desde la versión más íntima hasta un estallido de lo más potente, sonaba un ‘Euphoria‘ frenéntico antes de afrontar los últimos minutos del concierto.

Su especial ‘Is It Love‘ daría paso a un ‘Tattoo‘ con el que pondría el punto y final a la noche. La sueca demostró, una vez más, que su vínculo con España es fuerte y no deja de crecer. La artista consiguió llenar una sala para disfrutar de un show diferente y sobre todo, lleno de energía. Madrid vivió una noche llena de música con toques épicos gracias a unas canciones que, sobre el escenario, se hacen aún más grandes. Loreen es historia de la música.

La artista que ha sido la única en ganar en dos ocasiones Eurovisión, ha conseguido que, ambas canciones, sean auténticos himnos que han roto fronteras. La sueca sabe cómo crear éxitos que se convierten en clásicos por los que no pasa el tiempo mientras su música resuena en el mundo entero. Sobre el escenario, Loreen desprende una energía contagiosa a la vez que un aura de lo más misteriosa.

Además, cuenta con una puesta en escena de lo más sencilla a la vez que especial por su forma de moverse por el escenario junto a un puñado de canciones que hacen vibrar a quien las escucha. La noche pasó en un abrir y cerrar de ojos gracias a sus canciones contundentes. Aquel 9 de marzo, Loreen dejó tatuada su huella en la piel de una capital que vivió su esperado reencuentro con la sueca.

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