India Martínez, la niña del bloque 11, vive una emocionante noche de ensueño en el WiZink Center
Inverfest continúa y los conciertos no cesan. El 7 de febrero, llegaba hasta el WiZink Center, India Martínez con su Palmeras Tour, gira con la que está recorriendo España presentando su último lanzamiento.
Todo apuntaba a que iba a ser una noche única y memorable y así fue para quienes no quisieron perderse la puesta de largo de ‘Palmeras‘.
Apenas unos minutos pasaban de las 21 horas cuando la banda aparecía entre aplausos antes de ver cómo la cordobesa aparecía en lo alto de las escaleras. Ahí, daba comienzo a la noche acompañada por los bailes de la pequeña y talentosa Triana “La Canela” con su movido ‘La Gitana‘ que se daba la mano con ‘Conmigo‘ con la que afirmaba una cosa, “¡me hacíais tanta falta vosotros!”
“¡Qué alegría y qué sorpresa más bonita!” decía con una amplia sonrisa tras un inmejorable comienzo. Con esas palabras daba la bienvenida a la capital a su Palmeras Tour preparándoles para lo que estaba por venir.
“Me siento como cuando era esa niña que bajaba esas escaleras del bloque 11.” Era una noche importante donde no pasaba por alto el recuerdo de sus inicios, y contaba cómo no fue un camino de rosas de donde viene porque los sueños cuestan más caros pero tenía algo claro, esa noche “es un sueño más cumplido, gracias por hacerlo posible.”
Tras esas palabras, y después de brindarnos un comienzo más pasional e íntimo, pedía a su público que dejase los filtros de lado porque el ritmo subía y los primeros bailes se desataban con ‘Pose Natural‘ que servía de preámbulo para otro momento para recordar con ‘Todo es Casualidad‘ donde aparecían Leví y Estrella, participantes de Got Talent y que dejaron sin aliento al público con sus bailes al ritmo de la canción.
“Traigo el ‘Corazón Hambriento‘ de vosotros,” reconocía interpretando la canción, sentada, guitarra en mano, derrochando voz y poniendo al público a sus pies. India mantenía la intimidad con ‘Convénceme‘ antes de pasar a una dinámica más juguetona con su público.
La cantante quería que el WiZink Center formase parte del juego haciéndole los coros en ‘Besos Escondidos‘ con la que se movía por todo el escenario y no dudaron en cumplir sus deseos.
La noche estaba siendo una montaña rusa de emociones donde tan pronto estábamos en lo más alto como caíamos, sin frenos, hasta lo más bajo, sin un punto medio, con los sentimientos a flor de piel.
La cordobesa volvía a sentarse en las escaleras ante su público para poner los pelos de punta con la sentida ‘A Mí No Me Hables‘ antes de ir hasta la parte delantera rodeándose de parte de su banda sentados al cajón.
Juntos, interpretaban ‘El Aire y el Baile‘ que nos dejaba con un intenso ‘El Aire‘ hipnotizando a las miles de personas del recinto antes de pasar a ‘Cielo y Tierra‘ donde salía su parte más flamenca.
“Si os gusta el flamenco… ¿os gustan las rumbas?” preguntaba a su público con una única intención. “Y ¿qué tal si nos traemos a los mejores de España haciendo rumba?” Era entonces cuando daba la bienvenida a los hermanos Muñoz junto a quienes se quitaba una espinita que tenían clavada.
Juntos, India y Estopa, subían la temperatura de la capital con ‘Fuego‘ y cómo no, con ‘Tu Calorro‘ levantando al público de sus asientos para disfrutar de principio a fin con una entrega total.
Poco a poco nos acercábamos a la recta final y con ella, llegaba otro momento mágico donde el WiZink se iluminaba como si lleno de estrellas estuviera ante una India que cantaba un ‘Olvidé Respirar‘ de lo más emocionante que era culminado por ‘Ángel‘, otra de esas canciones con las que desnudaba su alma, removiendo el corazón y dejándonos incluso con un momento a capella, sin micro, cantando a pleno pulmón.
En aquel punto del concierto, la cantante hablaba de cómo tendemos a juzgar por naturaleza, sobre todo cuando se está detrás de una pantalla. “Se puede opinar pero no pasar la línea para ofender,” decía antes de dedicar a quienes no dicen las cosas a la cara un potente ‘Valiente Cobarde‘ en el que reconoce que ella está respaldada por una tribu que le aporta mucho amor allí por donde va.
En una noche así, no podía faltar ‘Palmeras‘, dedicada a su barrio y con la que alzaba una bandera de Córdoba y preparaba al público para su despedida. “Os tenía muchas ganas y no me quiero ir porque han sido casi dos años fuera del escenario y lo necesitaba como mi propia vida,” decía con la mano en el corazón.
Tras eso, presentaba a su banda y nos dejaba con un ‘Los Gatos No Ladran‘ con la que el público cantaba con fuerza antes de ver cómo desaparecía.
Poco duraba su ausencia y aún tenía cuerda para rato la cordobesa que aparecía sola, sentándose al piano y haciendo una pregunta simple, “¿alguna petición especial?”
Así, nos preparaba para la esperada y especial ‘90 Minutos‘ con la que a media canción volvía su banda y tras la que recibía una fuerte ovación del público que se ponía en pie para brindarle todo su cariño y admiración.
India no dejaba pasar de largo sus orígenes y sus raíces acordándose de cuando su abuelo le cantaba coplas. Por eso, quiso regalar varias a los afortunados que esa noche estaban disfrutando de su talento.
Fue un momento de sentimiento a flor de piel y de magia donde incluso la artista se emocionaba ante un recinto completamente en silencio llenándolo de nostalgia y de corazón.
Semejante entrega arrancaba otra fuerte ovación y con ella, se veíamos sus ojos vidriosos, llenos de emoción y de todo el cariño que Madrid le estaba brindando en esa noche.
El broche de oro no podía llegar de otra manera que con ‘Vencer al Amor‘ con la que pedía que la cantasen como si no hubiera un mañana y para irse por todo lo alto, con las mejores vibraciones, se despedía definitivamente a ritmo de ‘Aguasanta‘ con una auténtica fiesta final.
Lo que hizo India Martínez el 7 de febrero en Madrid fue lanzar un dardo de emociones directo al corazón. La cordobesa es de esas artistas capaces de ir del susurro al oído al zarpazo al corazón en un abrir y cerrar de ojos con su voz, su talento y su entrega.
La niña que vivía en el bloque 11 ahora vive sobre los escenarios, desbordando pasión por lo que hace e ilusión por seguir cumpliendo sueños. Madrid se rindió ante su forma de entregarse en una noche llena de sorpresas y emociones.
No hay duda de que India quiere seguir comiéndose el mundo y se nota porque lo lleva en la sangre, ha nacido para vivir de la música y por eso, pone el alma en cada uno de sus conciertos, de principio a fin con la humildad como bandera y sin olvidarse de sus raíces.
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