Leiva celebra una Navidad llena de éxitos y nostalgia en Madrid

Fotografía: Tamy Mauri (@ladelasupercam)
25 de diciembre y Leiva ha sido el gran protagonista de la noche de Navidad en Madrid. El cantante celebraba la segunda de sus tres noches en el WiZink Center con entradas agotadas en un fin de gira inolvidable. Tras una cuenta atrás en las pantallas, la penúltima noche del Cuando Te Muerdes el Labio Tour daba comienzo a las 21:30 horas.
Respaldado por su banda compuesta por ocho músicos, Leiva aparecía dispuesto a ser el mejor regalo navideño posible. La noche empezaba de forma frenética con ‘Sincericidio‘, ‘Guerra Mundial‘ y ‘Lobos‘ calentando el ambiente. Los primeros compases de la noche dejaron sin aliento a los asistentes en un sin parar de canción tras canción. Cada una, coreada por las miles de personas que no quisieron perderse uno de los conciertos de cierre a una etapa de lo más próspera para el artista.

Sin tiempo para recuperar el aliento, se sucedían ‘La Lluvia en los Zapatos‘, ‘Infinitos‘ y ‘Breaking Bad‘ en un recinto a rebosar. “¡Felices fiestas!” deseaba el madrileño a un público que no quiso perderse una noche tan mágica. “Es un día muy raro para tocar y por eso, quería agradeceros que, en un día tan especial, os hayáis acercado hasta aquí.” Siendo la noche de Navidad, aquel concierto, sería doblemente especial y por eso, aprovechaba también para mostrar su agradecimiento a su crew por acortar su tiempo navideño para poner en pie ese concierto.
Consciente del esfuerzo que implica pagar una entrada, Leiva quería ofrecer algo memorable, una noche llena de corazón y sobre todo, de himnos para corear a gritos. Canciones de su último trabajo como ‘Premio de Consolación‘ o ‘Stranger Things‘ convivían en el setlist con un ‘Terriblemente Cruel‘ que regaló uno de los momentos álgidos de la noche.

Tras la magia de ‘Superpoderes‘, Madrid y Leiva se atravieron con unos bailoteos al ritmo de ‘Flecha‘. Un Leiva que, en todo momento, estuvo acompañado por su guitarra, su fiel compañera de batallas. Poco después, el de Alameda de Osuna se dirigía a la capital. “Estamos en el penúltimo show de la gira y ha sido algo impensable que todo fuera a salir tan bien,” contaba con ilusión. “Estamos aprovechando cada minutito porque llevamos dos años conviviendo con Esmeralda Escalante y me da mucha pena separarme de ella. La vida es mucho mejor a su lado.”
Deshaciéndose en halagos hacia su compañera en las voces, seguían haciendo las delicias de WiZink con ‘Histéricos‘ y ‘Godzilla‘ antes de sorprender a los presentes. “La vida no tiene sentido si no se comparten las cosas,” decía. “Hay unos hermanos que los siento como familia y tenía 19 años cuando conocí a uno de ellos.” Leiva admitía que, hay personas, que se han convertido en parte fundamental de su camino y con ellos, le gusta compartir cosas tan bonitas como las que le estaban sucediendo en ese fin de gira.

Por eso, para “cantar una de las canciones más bonitas escritas“, aparecían Iván y Amaro Ferreiro compartiendo su especial ‘Turnedo‘. Tras un momento tan único, Leiva tenía un par de peticiones. Aunque todo comenzó como una broma, ahora es una misión. “Intentemos por unos momentos vivir el momento y guardar el móvil en el bolsillo porque es un viaje muy alucinante,” pedía humildemente. Junto a eso, quería intentar que se estableciese el silencio durante la siguiente canción.
Madrid cumplió con Leiva. Enmudecida y, con los móviles guardados, disfrutábamos del cantante a solas con su guitarra. De la forma más íntima y desnuda, se establecía un clima mágico y emocionante durante ‘Vis a Vis‘. Canción que terminó por todo lo alto con la banda de nuevo en el escenario y con el cantante agradecido por el respeto y el cariño que había sentido durante esos minutos.

Tras ‘La Llamada‘, se avecinaba un momento imborrable para los asistentes. Más de 12 años han pasado desde que compartieron escenario por última vez. El pasado 19 de diciembre, volvían a juntarse y las emociones se acumularon. “Creo que la decisión que tomamos en su día, fue más madura de lo que todo el mundo pensaba y hace que conservemos nuestra amistad,” contaba. Tuvieron la valentía suficiente de poner freno a Pereza, separando caminos, a pesar del gran momento que vivían.
A día de hoy, y gracias a aquella decisión que tomaron en 2011, comparten con “orgullo la amistad que tengo con mi amigo Rubén.” Aunque la noche anterior Rubén estuvo ingresado en La Paz por una neumonía, no había querido perderse aquella noche. “Si me tengo que morir que sea delante de todos vosotros cantando,” decía el cantante mostrando su agradecimiento a la sanidad pública.

“Estoy muy emocionado con lo que está pasando estos días y este es el regalo de navidades que me hace Miguel,” contaba con emoción. Juntos, entre el griterío de los asistentes, hacían un viaje en el tiempo. A una voz, entre nostalgia y felicidad, ponían la capital patas arriba con ‘Madrid‘, ‘Pienso En Aquella Tarde‘, ‘Como Lo Tienes Tú‘ y ‘Estrella Polar‘ rememorando viejos tiempos e himnos que realzaban la gran amistad que comparten ambos.
La recta final nos dejaba con Leiva al ritmo de ‘No Te Preocupes por Mí‘, ‘Como Si Fueras a Morir Mañana‘ y ‘Princesas‘ antes de poner el broche de oro. “Gracias por la fidelidad y la lealtad. Espero que tengáis unas felices fiestas.” Tras esas palabras, y muy bien acompañado por Rubén Pozo e Iván Ferreiro, Leiva cerraba una noche única e inolvidable con ‘Lady Madrid‘. El público se dejó la garganta después de vivir una de esas noches difíciles de olvidar gracias a Leiva. Sin duda, el madrileño fue el mejor regalo de Navidad para las más de 17.000 personas que se dieron cita en el WiZink Center.
