Greta Van Fleet caza estrellas en Madrid con éxito rotundo

Más de cuatro años han pasado desde su anterior visita dentro del cartel del Mad Cool y ahora, Greta Van Fleet hace su esperado regreso a Madrid. Una de las bandas revelación de los últimos tiempos, aterrizaba en el WiZink Center por primera vez el 4 de diciembre. Lo hacían tras su parada en la ciudad condal y dentro de su Starcatcher World Tour. Hannah Wicklund y Black Honey fueron los encargados de calentar el ambiente en una noche muy esperada.

Con el cartel de entradas agotadas y más de 10.000 personas en el recinto, Madrid estaba más que preparada para vivir una noche llena de rock. Tras varios EPs y tres discos en el mercado, la banda ha demostrado que tienen un prometedor camino por delante. A las 20:45 horas, las luces se apagaban y el telón que cubría el escenario con el logo de la banda, caía. Era tras un fuerte estallido de pirotecnia cuando las cuatro jóvenes estrellas aparecían en lo alto de una plataforma.

Se avecinaba un directo lleno de energía que arrancaba con canciones como ‘The Falling Sky‘, ‘The Indigo Streak‘ y ‘Built by Nations‘. Todo, ante un público muy variado en cuando a edades y que se dejaba llevar por la voz única de Josh. Una voz que navega, sin despeinarse, entre distintos registros con falsetes que quitan el aliento y ponen los vellos de punta. En plena puesta de largo de ‘Starcatcher’, que veía la luz en julio, el cuarteto de Michigan estaba en plena conquista del público madrileño.

Tras ‘Meeting the Master‘, el vocalista contaba que se avecinaba una de sus canciones favoritas y que habla del espíritu de celebración. Una celebración como la que esa noche estábamos viviendo en el recinto. Así, sonaba ‘Heat Above‘ antes de adentrarnos en la intimidad de ‘Broken Bells‘. El directo de Greta Van Fleet estaba acompañado por un potente despliegue de fuego y pirotecnia junto a un derroche tanto vocal como instrumental.

“La siguiente es la excusa perfecta para perder la cabeza,” advertía Josh dando paso a su más que conocido ‘Highway Tune‘ que aumentaba los cánticos del emblemático recinto. En una noche como esa, no podía faltar el gran solo de batería de Wagner ni mucho menos el solo de guitarra de Jake. Ambos, durando más de diez minutos y demostrando su habilidad con sus instrumentos dejando algo único para el recuerdo.

Dentro del despliegue vocal del líder de la banda, había tiempo para una parte más acústica. Eso sí, la intensidad en su forma de transmitir las letras, no disminuía ni un segundo. En ese formato, se sucedían ‘Unchained Melody‘, ‘Waited All Your Life‘ y un ‘Black Smoke Rising‘ con las que el público se entregaba. En ese ir y venir de emociones, Josh admitía que estaba distraído entre tantas caras bonitas del público mostrándose en todo momento lo más cercano posible. Incluso, algún que otro afortunado, se llevaba a casa una rosa blanca que el propio artista entregaba mientras bajaba del escenario para recorrer la primera fila.

Innegable es el talento de la formación que esa noche, también demostraba que navegan a la perfección entre estilos. Mostrando su parte más eléctrica nos dejaban con ‘Fate of the Faithful‘, ‘Sacred the Thread‘ y un ‘The Archer‘ que prendía fuego a la capital y que se ha convertido en una de las favoritas del cantante por lo divertida que es interpretarla en directo. La recta final de la noche nos dejaba con parte de ‘Rhapsody in Blue‘ antes de iluminar el WiZink Center con un arcoiris al ritmo de ‘Light My Love‘.

Tras una fuerte ovación, la encargada de marcar el punto y final no era otra que su ‘Farewell for Now‘ firmando un “hasta pronto” con su público. Lo que ofrecieron los hermanos Kiszka y Wagner fue un show de altura. Greta Van Fleet prendieron fuego a Madrid mostrando su mejor versión entre notas de escándalo y un despliegue de talento. Aquella noche, Madrid voló a las estrellas de la mano de la banda en una noche difícil de olvidar.

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