María Peláe, una noche de sueños cumplidos y derroche de talento en Madrid

María Peláe ha dado su gran salto a La Riviera de Madrid de la mano de su Al Baño María Tour. Es verdad que allá por septiembre de 2020 estuvo por primera vez en esa sala pero lo hizo con aforo reducido y el público sentado por las restricciones impuestas por la pandemia. Ahora, un 4 de octubre de 2024, la artista por fin celebraba por todo lo alto su gran noche con el cartel de entradas agotadas en una sala que no cabía ni un alfiler.

Apenas unos minutos pasaban de las 21 horas cuando su banda tomaba posiciones en escena antes de ser recibida con fuertes aplausos. Dispuesta a dejarse el alma, con ‘Letra Menúa‘ y ‘Por Si Te Vas‘ se desataba la música esa noche antes de dirigirse a su público. “Muy buenas noches ¡mejor no puede ser esto ya, familia!” decía irradiando felicidad e ilusión. La artista llegaba con ganas de compartir cómo se sentía pero también quería hacer una petición a quienes allí se encontraban.

“¡No sabéis lo que es para mí esta noche! Mi intención es que salgáis por esa puerta una jartá de felices,” o incluso, “dando saltos mortales“. No era para menos después de lo que se avecinaba durante la próxima hora y media. María recordaba cómo llegó hace casi 15 años a la capital y Libertad 8, la Búho Real o La Fídula fueron testigo de su talento aquellos primeros años. Por eso, esa noche en La Riviera tenía tanto significado y era tan especial para ella. Madrid sería la mejor compañera posible en una noche de libertad, de música y sobre todo, de sentimientos.

Entre anécdotas y momentos donde la malagueña arrancaba más de una carcajada difícil de frenar con sus historias, la música seguía con ‘El Deshielo‘, ‘El Grillo‘ o ‘Como Si La Vida Fuera‘. Cuando se dice que los sueños se hacen realidad, en su caso, estaba siendo una noche de ensueño, un nuevo logro en su carrera después de tanto trabajo. Como un torbellino, llena de fuerza, María derrochaba arte con ‘Que Vengan a Por Mí‘, ‘La Confesión‘ o ‘Mi Tío Juan‘ ante un público completamente entregado.

En La Riviera se estaba viviendo una fiesta multitudinaria con un ambiente único. En una noche así, María también tenía algún que otro as bajo la manga. El primero, llegaría durante ‘Bandoneón‘. Rebajando las revoluciones, José Luis Jaén se unía a ella para hacer de la canción un momento lleno de magia.

“Parece que aquí, sin comerlo ni beberlo, se está formando un ‘Escándalo‘.” La malagueña volvía a poner patas arriba el escenario antes de vivirse otro momento inolvidable. Si hablamos de canciones especiales, la siguiente era una de ellas y esa noche, la compartía con “una voz que no es ni normal“. Con esas palabras presentaba a Salma que se unía a María para ofrecernos un ‘Historia de Vida‘ lleno de sentimiento.

Poco después, su lado más flamenco salía a relucir. Guitarra en mano, ponía a bailar por bulerías a Elena y Marina antes de un momento de anécdota que dejaba al público al borde del llanto. Espontánea como nadie y graciosa hasta decir basta, recordaba una experiencia de infancia a raíz de la que escuchábamos ‘No Se Pue’ Ser Buena‘ que era seguida de cerca por ‘Mi Mujer‘, canción dedicada a la culpable de que todo suene tan bien en el disco.

María Peláe estaba regalando a Madrid una de esas noches inolvidables. Por desgracia, todo lo bueno tiene que llegar a su fin y a su concierto le faltaban tan solo unas pocas canciones más. “Hace tiempo pensé que era necesaria hacer esta canción y cuando pasó el tiempo, me di más cuenta,” admitía. Peláe nos hablaba de cómo se imaginó a la libertad yéndose por la puerta y así, nació un ‘Remitente‘ de lo más contundente, lleno de verdad y que esa noche, gritaba a los cuatro vientos.

Para terminar por todo lo alto, no podían faltar ‘La Putukita‘ y ‘La Quería‘ y cómo no, su inconfundible ‘La Niña‘ alzando la bandera LGTBIQ+. “No imagináis qué es estar viviendo esta noche. La de veces que he pasado por la sala pensando “¡ojalá!” ¡Os como el corazón!” decía llena de agradecimiento. “Hay hueco para todo el mundo en el arte y hay público y artistas que hacen match.” Ese match entre María Peláe y Madrid se notó con intensidad esa noche. Antes de despedirse, advertía que se avecinan cosas muy bonitas y con un “María Peláe para servirles a ustedes” desaparecía ante una fuerte ovación.

María es de esas artistas que hablan de lo cotidiano pero tampoco se muerde la lengua reivindicando en sus letras, siempre con la verdad por delante. Ella es única y el escenario es su hábitat natural. La malagueña sabe cómo moverse y cómo conseguir que el público se vaya con la energía por las nubes después de un concierto suyo. Hay que vivir un concierto de María Peláe una vez en la vida porque es una experiencia irrepetible y única, una fiesta para el alma.

La artista te atrapa con su forma de hacer arte pero sobre todo, con su forma de ser. Sin duda, es la mezcla perfecta con la que está creciendo y recogiendo los frutos de tantos años de trabajo.