Madrid se queda atrapada en la mágica burbuja de Joaquina

Joaquina ha dado comienzo a al romper la burbuja tour en Madrid. La sala But era la encargada de albergar el pistoletazo de salida de su primera gira en la cual presentará su album debut recién publicado. El 6 de febrero la recibiría la capital con el cartel de entradas agotadas en la puerta. Apenas pasaban unos minutos de las 21 horas cuando el griterío estallaba. Mientras, la voz en off de la cantante sonaba expresando lo que supone para ella esa burbuja y el concepto del disco.

Esa burbuja es un lugar seguro, ese que esa noche se trasladaría a aquella sala. Un lugar donde mostraría todo el aprendizaje y evolución que ha experimentado en esta última e importante etapa de su vida. Si algo se ha propuesto la venezolana, es proteger siempre la inocencia de esa niña que guarda dentro de sí misma como un tesoro. Tiñendo Madrid de rojo, la noche comenzaría con ‘carta (a mí)’ y ‘Freno’ siendo el mejor arranque posible.

Joaquina tenía un único propósito y era que el público, lo pasase increíble haciendo que se olvidasen del mundo exterior. Aquel concierto era un sueño, una noche que significaba mucho para ella porque daba comienzo a su gira, lejos de casa y en una ciudad que ama. Entre canción y canción, Joaquina explicaba que, para ella, “las canciones son fotografías de distintos momentos de mi vida.”

Por eso, y aunque no formase parte de su primer disco, no podía faltar una canción tan importante como ‘Los Mejores Años‘ celebrando que estaban allí incluso las protagonistas, sus amigas del colegio. A lo largo de la noche, la venezolana demostró porqué se llevó aquel merecido Grammy en 2023. Joaquina se ha convertido en una de las grandes sensaciones latinas de la música a nivel internacional. España ha caído rendida ante su talento y se ha convertido en un país fundamental para el impulso de su carrera. Desde el primer momento, se la acogió con los brazos abiertos y es algo que se ha reflejado en la venta de entradas de sus directos.

Disfrutando al máximo de cada instante sobre el escenario, la cantante hacía que la música siguiera sonando con ‘no llames lo mío nuestro‘, ‘matices‘ o un ‘pasatiempo‘ con el que compartía una historia muy personal. No importa si es a guitarra, al piano o simplemente ella con su voz, Madrid estaba completamente hechizado dentro de esa burbuja que nadie quería que se rompiera. Las emociones y la magia invadían la sala But navegando entre canciones. Con ‘Blanco y Negro‘ se iluminaba el recinto con los móviles de quienes lo abarrotaban antes de seguir en esa intimidad y en completo silencio con ‘el Alquimista‘.

Joaquina irradiaba felicidad e ilusión y no dejaba pasar el momento de mostrar su agradecimiento a la ciudad. Hace dos años llegó a Madrid, muy lejos de casa y ahora, puede decir que está cumpliendo el sueño que tenía aquella niña de seis años. “Madrid se ha vuelto una metáfora de retos y cosas nuevas y de una nueva etapa en mi vida,” reconocía ante un público que ha sido testigo de su crecimiento desde la primera visita.

Canciones como ‘pesimista‘, ‘desahogo‘ o ‘escapar de mí‘ de su primer trabajo no podían faltar en una noche tan importante respaldadas por los cánticos a pleno pulmón. Y si algo le ha regalado la música y la capital en este tiempo son amigos. Una de ellas estaba ahí esa noche y con ella, compartiría una canción que deseaba haber compuesto ella. Así, Madrid recibía entre gritos a Marina Reche y juntas, regalaban un momento único, mágico y lleno de sentimiento con ‘Mil preguntas‘.

Aún asimilando lo que se había vivido, Joaquina volvía al piano para seguir desnudando sus historias. La magia de ‘aeropuerto‘ sobrevolaba la sala antes de coger la guitarra para ‘todo y nada‘. Con la bandera de Venezuela en las manos, seguía moviéndose por el escenario como pez en el agua. Aunque nadie quería que la noche terminase, eran pocas las canciones que quedaban para firmar la despedida. Así, sonarían ‘capricho‘, ‘Rabia‘ y ‘quise quererte‘ antes de reconocer que estaba viviendo “una de las mejores noches de mi vida“. La encargada de poner el broche de oro no era otra que ‘gracias x estar aquí‘ mientras el público ponía en alto girasoles, carteles, aviones, barcos y cartas de papel.

Joaquina se ha convertido en una artista que ha revolucionado el panorama musical. La cantante desborda talento junto a una personalidad de la que te quedas prendado desde el momento en el que la descubres. Sus canciones se han convertido en banda sonora de una generación, en una cura para el alma. Son historias en las que puedes verte reflejado y donde ha volcado sus vivencias e inquietudes.

Vivir un concierto de Joaquina es adentrarte en un auténtico vaivén de emociones mientras se muestra divertida, derrochando su lado más dulce con una voz mágica. La venezolana es una artista de lo más completa y no deja de mostrarlo en los primeros pasos de su carrera. Una carrera con un gran futuro por delante donde no se dejará de hablar de ella. Aquel 6 de febrero, Madrid se quedó atrapada en la mágica burbuja de Joaquina y su música.

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